Muchas cosas malas, pocas cosas buenas. Un desglose al periodo que tuvo chascarros dirigenciales, resultados vergonzosos, campañas para el olvido y rendimientos individuales que esperanzan.
Cuando te preguntan qué fue lo bueno del fútbol chileno en 2023 el desafío es extremo. Mientras pienso, parto por lo malo.
El torneo nacional es un dolor de cabeza. Poco público, dado que llevamos 30 años sin controlar la violencia; entradas caras; canchas en mal estado; estadios destinados a otras actividades antes que el fútbol; calendarización afectada por eventos y el VAR que no agiliza los encuentros y no ayuda a los árbitros, son algunas cosas que sufrimos.
Me quedo con el tema de agendar los partidos. Porque lógicamente fue un año especial por los Panamericanos y Parapanamericanos, pero eso se sabía hace mucho tiempo como para planificarse. No puede ser que el campeonato haya estado parado casi un mes. Y cuando se volvió a jugar, fue sólo una fecha. Parece broma. Dijeron que iba a mejorar el campeonato. Sentados esperando.
Seguimos con el rendimiento de nuestros clubes en torneos internacionales. Que Colo Colo haya quedado eliminado de la Copa Sudamericana con el colista del Brasileirao muestra un poco cuál es la realidad del fútbol chileno. Y no fue una llave reñida: fue 5-1 la caída ante América Mineiro en Brasil.
El cacique fue víctima de malas decisiones. La peor dirigencia del año fue Blanco y Negro sin dudas. Campeones el 2022, destruyeron el plantel vendiendo jugadores y a cambio no trajeron a ningún futbolista que haya estado a la altura. Así les fue. Dijeron que los refuerzos eran de buen nivel. Sentados esperando.
Si pasamos a la selección chilena el malestar crece. Los hombres tuvieron un inicio de clasificatorias para el olvido, partiendo por la derrota ante Uruguay en Montevideo, donde la Roja dio pena con su táctica de 4-6-0. Se le ganó a Perú nomás, la peor selección de Sudamérica.
Es cierto que muchos queríamos que Eduardo Berizzo dejara la banca de la selección, pero en mi caso era antes que comenzara la eliminatoria. Porque en los amistosos trompeta (para no usar otro instrumento de viento) no se vieron mejoras. Me refiero a Cuba y República Dominicana. Alguien dirá, pero si a los primeros les ganamos 3-0. Claro, y les debimos haber hecho siete goles por las licencias que dieron. Y a los segundos se les goleó 5-0 y se debió haber marcado diez goles.
Fueron amistosos para mentirle a la gente. Porque hoy, y hace rato, lo que más le falta a Chile es gol y trajeron a rivales menores para hacer creer que se había acabado la sequía. ¿En clasificatorias? Tres goles en seis partidos, una de las tres peores delanteras de Sudamérica. Dijeron que el equipo del Toto iba a mejorar este año. Sentados esperando.
Si pasamos al fútbol femenino lo ocurrido en los Panamericanos es una vergüenza inolvidable. Porque al momento de hacer la nómina, sabiendo que eres local, que puedes llegar lejos, y que una arquera se tiene que devolver antes de la disputa de las medallas… ¿cómo vas a ser tan estúpido de convocar a dos porteras?
Sin Christiane Endler, imaginen que Antonia Canales no se va a España de regreso, pero en la final por el oro se lesiona a los cinco minutos… ¿Quién iba a ingresar por ella? ¿Una jugadora de campo? No era tan difícil ponerse en ese escenario. Mostramos displicencia a escala mayor. Dijeron que todo se iba a solucionar, incluso enviando una carta a las autoridades panamericanas. Sentados esperando.
Sin embargo, el gran problema de la Federación de Fútbol este año no fue eso, sino la forma en que sacaron a Chile de la organización del Mundial adulto masculino del 2030. Nos dejaron botados. Entre cuatro paredes decidieron seguir adelante sin nosotros. No hay explicación lógica para aceptar lo que ocurrió. Y sí la hay para entender por qué mantuvieron a Paraguay: la sede de la Conmebol queda ahí y el presidente es paraguayo. En esta pasada le mintieron a todo el país, pero desde el extranjero.
En fin. De todos modos si hubo algo bueno este año fue en parte consecuencia de esa canallada. Porque Chile será local del Mundial Sub 20 2025. ¿Habrá sido un premio de consuelo de FIFA? Quién sabe. Al menos yo prefiero un mundial completo en nuestro país, aunque sea juvenil, que un partido solo de local en un mundial adulto. Partido en el que además iba a ser una odisea conseguir una entrada. Por alto precio y por demanda.
Es cierto que más arriba mencionaba el bajo rendimiento internacional de los clubes chilenos, pero hay uno que zafó de la crítica: Ñublense. Tuvo que compartir grupo en Copa Libertadores con Flamengo y Racing y quedando tercero pasó a Copa Sudamericana. Ahí le ganó a Liga en Quito y quedó fuera por penales en octavos de final. Estuvo a punto de hacer historia ante un rival que terminó ganando el torneo.
Y si hablamos de rendimientos individuales, el oro es para Gabriel Suazo. Titular en Toulouse, anotando goles y con los hinchas llevando su camiseta con orgullo. Se viralizó un video de fanáticos galos halagando al jugador nacional. Notable. La plata para Diego Valdés, campeón en México con el América. Y bronce para Erick Pulgar, elegido uno de los mejores volantes del Brasileirao. Sumando y restando, un año donde lo malo abundó y donde lo bueno tuvo que abrirse espacio.
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